Cáncer neuroendocrino, con radioterapia más fácil diagnóstico

La terapia con radiorreceptores podría cambiar la experiencia del cáncer neuroendocrino, un tipo raro de cáncer que se desarrolla a partir de células del sistema neuroendocrino (Net, tumor neuroendocrino) y que, al igual que las enfermedades raras, suele estar asociado a una disponibilidad limitada de tratamientos efectivos. Así lo informa un artículo publicado en 'Aleati per la Salute' (www.alleatiperlasalute.it), un portal dedicado a la información médico-científica, creado por Novartis, Las células neuroendocrinas se encuentran en todo el cuerpo y producen los mensajeros químicos (hormonas) que afectan el funcionamiento de varios órganos. Los tumores neuroendocrinos se encuentran con mayor frecuencia en el tracto digestivo (es decir, desde la boca hasta los intestinos), los pulmones y el páncreas. El cáncer neuroendocrino a menudo se diagnostica accidentalmente y se descubre durante las pruebas para verificar otras condiciones clínicas. Los síntomas, de hecho, dependen de la localización del sitio primario de la enfermedad, pero son atípicos y atribuibles a otras patologías. Esto hace que su diagnóstico sea particularmente difícil. Los mosquiteros, por ejemplo, pueden manifestar síntomas como dolor de pecho, tos o infecciones de pecho, mientras que los mosquiteros intestinales pueden causar dolor de estómago, estreñimiento o diarrea. La detección precoz de un tumor neuroendocrino mejora el pronóstico. En las primeras etapas de desarrollo, la enfermedad neoplásica es más limitada y por lo tanto más favorable a la extirpación quirúrgica que, hasta el momento, es la única opción que permite al paciente una vida normal, libre de patología incluso sin terapias especiales. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el diagnóstico se produce cuando el cáncer ya se encuentra en una etapa avanzada y generalizada y, por lo tanto, no es elegible para una cirugía definitiva. El modelo diagnóstico-terapéutico en tumores neuroendocrinos del tracto gastroenteropancreático (Gep-Net) -se lee en el artículo- está cambiando profundamente sobre la base del abordaje multidisciplinar y la llegada de un radiofármaco aprobado tanto por la Comisión Europea como por la Agencia de Medicamentos para el tratamiento de Gep-Net grado G1 y G2, bien diferenciados, progresivos, no removibles o metastásicos, positivos para receptores de somatostatina. “Las Redes -explica Francesco Panzuto, director médico de enfermedades del aparato digestivo y del hígado de la UOC del Hospital Sant'Andrea de Roma- son un modelo perfecto para una gestión multidisciplinar en la que intervienen oncólogo, gastroenterólogo, endocrinólogo, cirujano y médico en particular , este último asume, por primera vez, un papel central en el manejo del paciente neuroendocrino gracias al advenimiento de la terapia con radiorreceptores". Gracias a este equipo multidisciplinar “que hoy se considera un criterio de calidad fundamental para el manejo de estas enfermedades raras -subraya el experto- el paciente puede contar con un manejo basado en diferentes habilidades”. En este contexto, precisa Panzuto, es necesario “planificar y diseñar vías diagnósticas y terapéuticas (Pdta) que remitan a centros de excelencia, para poder contar con este tipo de asistencia”. En los tumores de Net, la alta densidad de receptores de somatostatina es un requisito previo para la terapia con radiorreceptores que implica el uso de un fármaco análogo de la somatostatina, que por lo tanto tiene una alta afinidad por estos receptores presentes en las células tumorales, marcados con un radionúclido (itrio o lutecio). ) con la ayuda de un quelante (Dota). Una vez inyectado por vía intravenosa, el radiofármaco se une a los receptores de somatostatina sobreexpresados ​​en el tumor y lo destruye, liberando su carga radiactiva en los tejidos circundantes. La terapia con radiorreceptores se ha revelado en los últimos años como un recurso fundamental tanto en la terapia como en el diagnóstico, "conduciendo a una mejora en la calidad de vida del paciente", destaca Sergio Baldari, director de medicina nuclear del Hospital Universitario de Messina de la UOC. El uso del radiofármaco constituye una alternativa terapéutica válida en pacientes con tumores neuroendocrinos gastroenteropancreáticos bien diferenciados, progresivos o no removibles quirúrgicamente, positivos para receptores de somatostatina. Se abren nuevos escenarios. “El radiofármaco -remarca Baldari- es una gran oportunidad para el paciente, para el médico nuclear y para todos aquellos que se ocupan de esta patología no tan rara, porque se hacen más diagnósticos. El papel del médico nuclear es fundamental a nivel diagnóstico y terapéutico, tanto que hablamos de 'teragnóstico', dado que con los mismos agentes radiocompuestos es posible realizar tanto el diagnóstico como, con diferente capacidad emisora, la terapia. Es un modelo único”. Pero hay más “En todos los estudios clínicos -un fármaco llega tras validación en ensayos y estudios de registro, recuerda el experto- se ha demostrado que con el radiofármaco se produce una mejora significativa en cuanto a la actividad diaria, el tiempo libre, la actividad física y relacional, lo que, para un paciente de cáncer, es muy importante". Esta terapia de radiorreceptores es "personalizada - concluye Baldari - una medicina de precisión que actúa sobre el objetivo, la enfermedad, y respeta los órganos sanos".